sábado, 1 de noviembre de 2014

El zombie

Tiene clausofobia o miedo a los finales, así que se conforma con sólo leer la sinopsis de los libros, ver el principio de las películas, desaparecer del restaurante a mitad de la primera cita y nunca ha probado ningún postre. De lo demás, ni hablemos. 
Ha adoptado algunas técnicas como no bajarle a la palanca del baño sino hasta que vuelva a entrar al sanitario, vivir en el centro de la ciudad ya que le aterran las periferias, evitar las puestas de sol y mantenerse en un estado letárgico sin distinguir el sueño de la realidad.
Le dicen El Zombie pero sabemos que no es zombie, es clausofóbico y la única diferencia a simple vista es que él no come cerebros, pues mataría a la gente y, por supuesto, su condición lo obliga a dejarlos medio vivos.

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