Tiene clausofobia o miedo a los finales, así que se conforma con sólo leer la sinopsis de los libros, ver el principio de las películas, desaparecer del restaurante a mitad de la primera cita y nunca ha probado ningún postre. De lo demás, ni hablemos.
Ha adoptado algunas técnicas como no bajarle a la palanca del baño sino hasta que vuelva a entrar al sanitario, vivir en el centro de la ciudad ya que le aterran las periferias, evitar las puestas de sol y mantenerse en un estado letárgico sin distinguir el sueño de la realidad.
Le dicen El Zombie pero sabemos que no es zombie, es clausofóbico y la única diferencia a simple vista es que él no come cerebros, pues mataría a la gente y, por supuesto, su condición lo obliga a dejarlos medio vivos.
sábado, 1 de noviembre de 2014
viernes, 31 de octubre de 2014
El amor es un juego de azar
Todos dicen que es mentira que te quiero, porque tal vez es cierto, si o no, que una margarita lo decida, una moneda al aire, cerrarte los ojos y besar tus pestañas, hundirme en las ojeras remolino instante primero en que nace una media luna de mi espalda, admiración a la estatua estilo Miguel Ángel, algodones de azúcar caen del cielo a mitad del invierno, goma en el cabello, tensión en los cables carótidos, fábrica tornasol y una cubierta de chocolate donde aún quedan residuos de nosotros, aire a galope y en el run run caleidoscopios cuelgan de los árboles y los tomamos y los comemos como frutos, mangos y manzanas, sopa de estrellas a medio día, águila o cruz, ya deshojé todas mis cartas y recorté unas figuritas rojas con ellas para encontrar la respuesta de este amor encontrado en la calle, como se encuentran las margaritas a la orilla de una carretera sin señalamientos, sin saber si estamos perdidos o es que nos hemos encontramos en esta prueba de autor con cachuchas y bloqueador en las mejillas para no quemarnos con tanto sol.
domingo, 26 de octubre de 2014
Delicatessen
Su sueño es instalar a las personas que ama en estrellas separadas.
- Elías Canetti.
Deseaba celebrar la vida y citó a todas las personas que ama en el mismo salón del Titanic. Era de noche y entre la música y el sonido de los cubiertos, un comentario frío y seco como gancho al hígado enrojeció a la gente, acentuando los amarillos vestidos de crinolinas que pican y dan comezón hasta la nuca, secretos guardados en el corsé, así el iceberg que nos tronó en dos la cabeza de ángel y demonio, de educación para mantenernos de pie, con esos pies de dedos apretados que reprimen las ganas de lanzarnos al mar, ante la desesperación de un ebrio que toma sus propios orines alcoholizados, visitante de la zona de tercera clase, se alimenta sin manteles, a pesar de sus dientes perfectos.
Pocos sobrevivimos ante la catástrofe, amarnos de lejitos eleva el mito de la perfección y nos funde en estrellas que nos guían para no ser iguales a aquellos que admiramos con odio.
Fue un placer esta velada, dice el capitán y el músico, esperamos no volverlos a recibir en nuestro naufragio, hasta siempre y con amor, húndanse o eleven su espíritu, gracias por su visita con un corto-corto-largo saludo, un apretón de manos, sobadita de espalda y un "hasta pronto". A veces, para amarnos, es mejor dormir en camas separadas.
Pocos sobrevivimos ante la catástrofe, amarnos de lejitos eleva el mito de la perfección y nos funde en estrellas que nos guían para no ser iguales a aquellos que admiramos con odio.
Fue un placer esta velada, dice el capitán y el músico, esperamos no volverlos a recibir en nuestro naufragio, hasta siempre y con amor, húndanse o eleven su espíritu, gracias por su visita con un corto-corto-largo saludo, un apretón de manos, sobadita de espalda y un "hasta pronto". A veces, para amarnos, es mejor dormir en camas separadas.
viernes, 17 de octubre de 2014
Barcos de papel
Alfileres de abejas en manada forman búfalos, charcos de gris y platino en las rodillas a cada tope, entre cáscaras de plátano nada resbala más que el agua y las uñas se entierran en la palma de la propia mano, dos seres abrazados en la moto bajo los relámpagos, nariz roja, hielitos en los codos, ciudad en huelga, la madrugada de abejas que forman lazos de ochos para anudar cerillos en par, que prendan fuego de antemano apagado en la tormenta, hasta que cese el frío y se evapore la imagen entre los cantos de alabanza para una deidad que ignoro, no es Tláloc, es una virgen que ama a sus súbditos que tiran basura, desperdicios de gente y cal y pestilencia camuflage con el olor de calle y tierra y mujeres mojadas de fervor y de ansias de volver a casa, marcha forzada, ideología, rodillas que sangran, barcos de papel y carne, entre lamentos los creyentes piden perdón.
jueves, 16 de octubre de 2014
Cosificados
Cuando me dijo que yo era su postre, me indigné y respondí: Mira, yo soy tu desayuno, comida y cena y guarniciones, chuchulucos, ocho tiempos, y sí, también tu postre, por qué no.
viernes, 26 de septiembre de 2014
A su juicio
El magistrado me dijo que lo miré mucho en aquella fiesta y pensó que yo quería "ligármelo". Sonreí, mientras le quitaba su mano de mi hombro: Señor, con todo respeto, de haber querido "ligármelo", ya lo hubiera hecho.
jueves, 28 de agosto de 2014
El taxista y yo
Ambos nos hicimos el día. Salí temprano de mi casa a esa entrevista en Puerta de Hierro, un lugar "fresón" de Guadalajara, vestida en colores alegres, con mi reloj Chanel, botas Steve Madden y lentes imitación Ray Ban. Al estacionarme un taxista tocó el claxon estrepitosamente como si yo ya estuviera a punto de chocarlo; bajé del auto y vi que aún quedaba al menos un metro de distancia, me burlé de su paranoia sin sentido y comenzó a insultarme a gritos. De inmediato olvidé mi porte femenino y a decir que soy una persona reaccionaria le exigí, tronándole los dedos, que bajara de su carro, mientras él desde su asiento seguía escupiendo improperios, al tiempo que yo lo retaba a que arregláramos el asunto como "hombres". Abrí la bolsa y dudosa entre sacar mi gas pimienta o el teléfono celular, opté por el segundo, retomé mi porte de niña bien e hice como que marcaba un número dictando sus placas. De inmediato pilló el carro y huyó.
viernes, 15 de agosto de 2014
Así como en la tele
Veíamos una comedia romántica y en una escena el actor le pregunta a su chica que si lo seguiría amando aún si después de esos cuatro años de noviazgo le confiesa que en la fábrica donde trabaja su puesto es de conserje. Ella sin dudarlo responde que sí. Se dan un beso apasionado y él le propone matrimonio, una vez descubierta y aceptada su verdadera identidad laboral.
Mientras reíamos y mi novio quizás algo conmovido, tuvimos el siguiente diálogo:
- ¿Y tú me amas?
- Obvio sí, ya te lo había dicho.
- ¿Cuánto?
- Mucho.
- ¿Cuánto es mucho?
- Mmm... De aquí a las estrellas.
- ¿Aún si fuera, no sé, barrendero?
- No.
- ¿No?
- Claro que no, hay límites.
Mientras reíamos y mi novio quizás algo conmovido, tuvimos el siguiente diálogo:
- ¿Y tú me amas?
- Obvio sí, ya te lo había dicho.
- ¿Cuánto?
- Mucho.
- ¿Cuánto es mucho?
- Mmm... De aquí a las estrellas.
- ¿Aún si fuera, no sé, barrendero?
- No.
- ¿No?
- Claro que no, hay límites.
viernes, 25 de julio de 2014
Algo bonito
- ¿Qué opinas de la frase: envidia de la buena?
- No existe, es envidia y ya. -Señalé tajante y sin titubear.
Y me quedé pensando en todas las acciones que al añadirle adjetivos quedan saldadas ya ante cualquier juicio moral o crítica, o lo que podría llamarse eufemismo del comportamiento: Mentiras piadosas, artista emergente, sexo con amor, no es gordo tiene huesos anchos...
En eso estaba cuando me hizo otra pregunta: - ¿Y tu y yo qué somos?, porque me dicen que si novios o que si eres mi mujer... Me apresuré a responder: Diles que soy algo bonito, y ya.
Alcancé a escucharlo entre dientes: "me encantas por práctica", mientras yo me perdía de nuevo en mi diálogo interno, en eso de no querer nombrar las cosas, restar importancia por si algo sale mal, sí, algo bonito, sí eso suena bien.
martes, 15 de julio de 2014
Me agüita la lluvia
Hicimos un viaje a Puebla con los
equipos de fútbol rápido del Montessori Jalisco. Yo les duplicaba la edad a la
mayoría de las niñas, y el coach me puso a cargo de ellas. Ya de regreso, en el
camión, mientras casi todos iban dormidos, también los varones y el grupo de
infantiles, exhaustos, después de un torneo maratónico de fin de semana, en el
que cada uno teníamos tres partidos por día, se me acerca la portera y me
despierta para decirme que quiere ir al baño y que el sanitario del autobús está
clausurado; sólo atiné a decirle: No te preocupes, ya falta poco para llegar,
una media hora, - y agregué- mientras puedes pensar en otra cosa para
distraerte, por ejemplo ¿has ido a la Cascada de Basaceachic en Chihuahua o a la
de Cola de Caballo en Monterrey?, o puedes imaginarte el río, el mar, una
fuente llena de agua que suena como este termo (y lo empecé a agitar). Ella
trataba de interrumpirme y decirme que me callara mientras cruzaba las piernas,
pero añadí, con entusiasmo: Ah ya sé, ¿en el kínder no te ponían la canción de
la lluvia?, mira –indiqué- comienzas con un dedo golpeando tu palma, luego dos,
y así hasta que vas aplaudiendo, simulando el golpeteo de la lluvia. Desesperada,
suplicaba silencio y yo la sujeté del brazo para que no se fuera a otro lugar,
y continué, ahora cantando: Lluvia cae, lentamente sobre mí, qué más da, si
contigo soy feliz, ay ay ay me estoy enamorando…
Seguí con temas sobre
inundaciones y tormentas y luego algunos datos acerca de los riesgos para la
salud que tiene el “aguantarse”, el daño a los riñones, etc., hasta que,
situación penosa, se orinó.
Pocas veces puede ser uno tan
creativo y no iba a desaprovechar esta oportunidad, en fin, pasados cuatro
minutos llegamos a una caceta donde bajó, llorando, a cambiarse la ropa.
viernes, 11 de julio de 2014
Un desayuno de trabajo
La semana pasada desayuné con un
amigo burgués, perteneciente a una de las familias más connotadas de Jalisco.
Platicamos de la comida del lugar, de vinos, un poco de política y de sus
negocios, así como de su más reciente viaje a Maui, lo que por supuesto hizo
volar mi imaginación, sorprendiéndome distraída o "en la luna"
pensando en las olas y en los surfistas quienes sin duda siempre harán aún más
bellas las playas.
De entrada pedimos una panela asada al
pesto, tomates rellenos de marlin con tocino frito y luego lo típico: jugo,
fruta, café, huevo, etc., muy rico todo, el lugar estaba lindo y ya saben:
mantelitos, atenciones y además la buena compañía, eso hace que todo sepa
mejor.
Llegamos al tema del arte y su visión
me reveló una cuestión incómoda pero interesante a la vez, confesándome que se
ha vuelto un fanático de lo conceptual, principalmente por una razón que
comparte con varios de sus colegas: El desprecio a los artistas.
Hubiera querido llevar una grabadora
para guardar con exactitud sus palabras, pero más o menos trataré de apegarme a
lo que dijo: "Mientras nosotros prácticamente nos partimos la madre
trabajando en cosas productivas, ustedes nos han vendido una idea que no nos ha
resultado redituable, así que una especie de venganza es el comprar lo menos
funcional posible del mundo y fanfarronear con este tipo de arte llamado
conceptual o moderno o como quiera que se le diga sobre todo a los ready made.
¡Los estamos boicoteando, artistas, y es porque estamos celosos o enojados con
ustedes!, y entonces esta inversión que ya sabemos perdida, al menos nos ha
resultado muy divertida".
Habló sin tapujos, con cierta malicia
y sonrisa infantil, agregando que su hipocresía ante el arte ha encontrado un
nicho en quienes también son hipócritas ante lo que hacen, y pues que en esas
circunstancias nadie engaña a nadie.
A pesar de que soy disidente de esta
corriente artística denominada conceptual, en la que contadas veces he visto
atisbos de brillantez, la visión del empresario realmente me perturbó, sin
embargo, cómo contradecirlo si un cubo de hielo o un hoyo en la pared resultan
ser lo último de lo último en el terreno del arte, siendo entonces cuando las
ocurrencias sobrepasan la propuesta, o como diría Avelina Lésper, cuando debes
preguntar si el extinguidor no es parte de la exposición.
Sin duda fue muy respetable su punto
de vista, luego hablamos del poder de la economía y ahí casi no entendí pero sí
se lamentó de cómo han jodido a muchas familias al ponerles a los empleados
horarios de trabajo de doce horas "a discreción", a cambio de un
sueldo mínimo. Ya por último, como postre y aligerando la despedida, retomamos
el tema de Maui y los surfistas.
Debo agregar, en el tono que utilizan
en un confesionario, que terminó comprándome cuadros del arte que ahora quieren
denominar convencional, y todo porque, una vez valorado su juicio, agregué que
ese lote de pinturas que llevaba bajo mi brazo tenían que ver con el tema de la
revaloración de un jabón zote en su más puro estado, significando una
involución a mi infancia, cuando todos sabían hacer esculturas con este noble
material y yo ni eso y ni legua de taquito, lo que me provocó un trauma y un
desapego a mis compañeros del salón, momento crucial en el que decidí
convertirme en artista.
jueves, 3 de julio de 2014
Casual
Hay un día en la vida en que pareces estar de moda, todo se junta o se te juntan, los dos novios que tuviste, te buscan a la misma hora, mientras estás con el tercero en discordia, que no entiende nada pero está a tu lado por ahora, y te pregunta: ¿por qué te quedas conmigo? y respondes: No sé, yo sólo pasaba por aquí.
Juicio de valor
Se cayó un telón de navaja
afiló mis cabellos y me puso
alerta
Dios me invitó a rezar
yo sólo quería pintar de estrella
las paredes
navegar
aferrada de uñas.
Amen de amor, no de final ni
gracia
aborrecemos a Ícaro por
demostrarnos que caer es un desperdicio
e intentarlo también
de qué vale la ilusión cuando
ensanchamos en nuestro estómago la raíz del abismo,
el lodo en que los cerdos te
chupan
(quitaron sus dientes por decencia,
no son salvajes
y aparearon sus muelas por encargo, para que
ya no chillen).
Resbalar es morir. Levantarse,
hundirse de nuevo.
lunes, 21 de abril de 2014
XV años, después...
Me di cuenta que las niñas hablaban de otra cosa cuando de la
nada salió Ye y empezó a caminar todos los días con nosotros rumbo al
bachillerato; mi amigo Equis, a quien conocía desde primaria me dijo un día
antes: “Oye, a partir de mañana vendrá una chava con nosotros”, ¿Por qué? No sé
y ni pregunté, sólo me encogí de hombros. Llegaron a mi casa; ella llevaba el pantalón bastante flojo,
tenis converse, cabello lacio hasta los hombros, blusa escolar de niño, como
queriendo ocultar que se empezaba a convertir en mujer y a la vez gritando
estoy flaca y hermosa y no pienso en mi cuerpo. Equis y yo olvidamos nuestras
pláticas de fútbol mientras ella acaparaba toda la atención repitiéndonos poemas
que aprendía de memoria en su taller literario de viejitos; sabía que no nos
importaba, pero era tanta su emoción que yo creo debía pensar que al decirlos
quedaríamos tan perplejos como ella, y bueno, una vez sí lo logro cuando dijo: “Y
junto a la ventana la cama, en la que tantas veces hicimos el amor bajo el sol
de la tarde”… Interrumpimos: “A ver, espérate, repite eso, ¿hicieron qué?”, por
fin algo interesante, ese kavafis era más aventurado que Lezama Lima, Omar
Khayyam y los otros tantos poetas con los que cada día nos torturaba. Dos
adolescentes hormonientos habíamos
dejado de pensar en fútbol para escuchar a la señorita que hablaba ya no de poesía, sino de hacer el
amor; fue entonces cuando supe que Ye y yo tendríamos
un futuro juntos.
martes, 25 de marzo de 2014
Bitácora y aferramiento 6
Aquí tienes mi tiempo y el tuyo
una tachuela para cubrir la paranoia
nubes perforadas, debo dejarte; resplandecíamos
y yo seguí botando desperdicios, lanzándolos al aire,
nadie es como tú hombre de brazos anchos,
duerme
miseria de aire caliente que alguien detenga la ruleta en
bajada
boca chueca, nariz chueca, gente sana me pide que la
envidie,
la ruleta no se detiene
mano grotesca y perfumada, regalos de pus, falta de huesos
en los nudillos,
ayúdame, ten una espada de doble filo y dile que deje de
mirarme,
tú no me sigas, también aléjate, ¿de qué te asombras?,
¿quién es la víctima?,
nadie nos ve y ya amanecerá, mis vista se contrae,
conversación al aire
Todos deberíamos irnos a partir de abril
Laberintos empalmados, el azar son los encuentros, tira los dados:
un par de libélulas, música púrpura, pétalos, paraíso sin
paisaje
no soy quien habla contigo, lago de vidrio, dominó de
espejos, balazo en la frente,
muslos entrelazados, lenguas, abrazos con toda la
palma,
aparento saltar y una familia me habla de Dios;
son sólo rostros que olvidaré, es mi letra, soy inconexa.
Cuando toque a mi puerta el diablo, ¿quién responderá?
(abril 2004)
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