martes, 11 de diciembre de 2012

Habitaciones



Todas las casas guardan secretos
en tenderos se cuelgan secadoras de cabello
he aquí mis habitaciones, presumo paredes
hospitalaria es la caída, el aterrizaje forzoso 
los pedazos de cuerpo, desperdicios para la rapiña
el autor intelectual fue mi cómplice;
varios somos los culpables de este luto y sus petardos
los party poppers y la sonrisa y el dinero
todo ausencia por igual
en ruido: gente y fauna
en pausa: la muerte; ya cerramos la puerta.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Animalia 4


La vida es una perra sin raza que se da el lujo de tener moral. Presentí el león como se presiente el destino de esconderse para evitar la corona y el whisky; correr a paso antílope contra pared, a cangrejo resquebrajado, porque un macaco me hace reír de llanto y es que puedo arrullarlo entre mis brazos de leche y miel. Hay tanto dulce que dañaré sus vértebras.

A veces odio la espalda y lo que resulta innombrable por bloquearme la vista, me refugio en el coro de gruñidos grizzly, en las canciones de cuna para que me silencien este maldito síndrome del nido vacío, y que se vayan en mutis todos los animales, comenzando por el lobo de seis ojos con todo y sus culpas más grandes que sus logros.


Hoy, sólo me queda un latido petirrojo; la idea del altar a los rasguños del tigre.


sábado, 24 de noviembre de 2012

Habitación entreabierta


En el jardín de él, sobre césped de gato,
un ronroneo parece ser la única palabra.

Es tu hiper-anti-realismo lo que brinca entre banquetas
y los sentidos que afilas con puntas redondas,
son dedos y manos y pies sobre ciudades de viento
soy agua desde antes de tu lluvia
el complemento de charquitos, brazadas a la suerte.

Fue de una espalda que enhebré mis pantalones
y los pronósticos a lodazales lo que un día mutiló tu nube
quedamos heridos, ya no duermas conmigo;
duérmete dentro de mí.







lunes, 15 de octubre de 2012

Animalia 3

Siguen aullando los lobos
el más bravo es un perro rabioso
tiene seis ojos, cabra de cristo
no habremos de mordernos
decidí volverme puntos suspensivos
ya sólo compré un retrovisor, para mirar a la manada
tigre, oso grizzly, bestia y suerte de caimán
todos fueron lobos
excepto el perro, guardián de la miseria humana
ladra y ocupa todo el espacio
porque tiene más dientes que un tiburón
compañía de mierda mientras soy el intermedio 
entre el  agua y cielo
y entre que debo aprender a dejar que me coman con tenedor
y con cuchara y con cuchilllo a pedacitos,
aunque ya esté hecha pedazos, hecha polvo de vía láctea
que dará luz a la noche en cuatro patas; animal desconocido.




domingo, 7 de octubre de 2012

Habitación de lengua



Debí advertirte
que no me leyeras las piernas
ni te aferraras a mis muslos
o a esa espalda habitada, dominada por ti
que no te ahogaras en mis ojos ni mar,
mejor que no escucharas el canto de sirenas,
hay abismos y tormentas, temores que aún me sangran.

Sin embargo, tú vas a poder contarles
que estallamos en peces blancos y plateados mientras era la noche
y que es posible que dos lunas iluminen la misma playa
alinear los planetas, morderme la suerte,
cuidarme los sueños
y que un día tan sólo despertara
para llenarte la casa de colores.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Habitación impedida



Antes de que nadie hiciera nada por ella,
él lo hizo todo;
sin embargo, quién puede descifrar lo que se nombra
a veces fatal
a veces sin ojos
y sólo nos queda tronarnos los dedos
masticar hielo
que nos retumbe el amor en la cabeza
y que nos rechinen los dientes para decir adiós.



lunes, 1 de octubre de 2012

Habitación guardada



De haber sabido que te gustan los tobillos
me hubiera vuelto en soles y calles
una de las enfermedades que te inventas
y más te valiera que las navajas de tu panza
no fueran sino la espada de Gulliver
para luchar contra el elefante de asbesto:
Tu familia,
porque te quieren pero no te quieren
así es más fácil aceptarte fracaso
tú: maíz aspirante a trigo
Moctezuma en bicicleta
Pípila cargando una PC por macbook
lata pateada
perro sarniento
palinche
sabes de quesos por tus descalabros de adolescente,
sabes de menona y galleta porque se te murió la yegua
porque primero fui mujer que perro.





viernes, 3 de agosto de 2012

Animalia 2


loba
agazapada por milenarias generaciones
degeneraciones, apresada, estrella de signo cáncer
colmillo roto hambrienta del reptil blanco

Gaviotas en piel de cocodrilo; ya no vuelan.

Instinto reservado al omóplato izquierdo
aprendí del tigre sus colores
de la bestia su ansiedad al asecho y esos ojos estallados de noche
la costumbre del oso por morir y en cada muerte volver echo sangre.

Pureza escamada sigo temiendo tus misterios
ese rumor de peces que puede completar un sueño
o quebrarlo al vacío..




martes, 24 de julio de 2012

Habitación de hogar



Qué hay de los días mientras no amanece
debo cansarme o estar muy cansada para no ver
a quién perseguir en la habitación del lodo
cómo ahogarme en el mar que llevo dentro
hay un movimiento, una canción en llamas
metales sostenidos entre mis sienes,
he comprado un lugar donde me siento ajena,
los pasos no se tocan, sólo se alejan,
viene un despertar de luces, ceguera,
la vista fue tan sólo un momento de pánico.

Aeroplanos (7)



La explanada está vacía.
A cierta hora lo inmutable alcanza su mayor pesadez
se levanta un altar para una silla;
en él cae el vacío, crucifijos en la salivación
serpientes
ya se deshojan las paredes y las banquetas
todo es porcelana
y todo está a punto de caerse del buró.
Mis uñas y mis pies crecen, para qué.
Nadie llena su propio espacio.





Aeroplanos (6)


Muerte anticipada:
el goce de la pérdida de aliento
los cocodrilos floreciendo en mi vientre,
la sangre cayendo a cuenta gotas,
 el suero inyectado en los huesos,
ramillete de minúsculas caracolas; gaviota.
La angustia de llenarse de aire las mandíbulas
estacas enterradas entre mordidas de lobos
¡El hielo está hecho trizas!
Miro tu retrato; no te sostengo la mirada
se amoratan mis oídos
se acentúan las venas de las manos
me rasco la cabeza llena de espinas
estoy sobre mi cama
ya no duermo, los hilos de la sábana se han afilado,
respiro, el desgarramiento de sentir marea
porque la calma no la tocan las puntas de mis dedos
¿Por qué a la calma no la tocan?
Sólo hay paredes en los árboles
cóncavos y congelados
escurrimiento y boca
felices para nunca.

Aeroplanos (5)




Hay rubíes atados a las golondrinas,
patines y cuevas en triángulo inverso.
¿Dónde busco los sonidos de una imagen?
Se oscurecen las onomatopeyas
en el orden de una hilera jugo y tinta sobre la cama
y caigo, hasta perder un día.

sábado, 14 de julio de 2012

Aeroplanos (4)


Tus pasos eran lentísimos,
breves sombras sobre jardines,
fuiste todas las juventudes ebrias de belleza
absoluto en la memoria
primate de vientre ralo,
todas las calles de una ciudad enorme
los vacíos que se construyen al volver la vista
la adolescencia amarilla
cuadernos, timbre
y la sonrisa con chocolate entre los dientes
la niebla
los tenis converse
y luego quizás.

Aeroplanos (3)




La humanidad ha perforado el aire,
inmaculada concepción de la muerte,
hay bocas pintadas de oro
culpas e incienso antes del alba
gente que por instinto se muere de azufre,
sudorosos que se restriegan crucifijos en el pecho
hasta clamar una orgía de fervores,
lenguas anudadas
con las que dicen oraciones que ningún ateo entiende:
Maldito hijo qué, no te da vergüenza haber nacido,
Ya ven por Dios santísimo, que voy a reventar tu hocico.

Aeroplanos (2)



Un equilibrio en plural
gorriones ciegos al roce de alfileres
sus huesos, tanto tiritar
brillaba un rojo sobre mi piel imperturbable,
sensación de despertar con arena sobre los párpados
con cáscaras entre los dedos
y sábanas húmedas de fiebre
cascarones de moscas
que deletrean los filos de una música,
pero amanece y es mar.






Aeroplanos (1)



Cada escalón está lleno de pasadizos
si no levantas los pies, el abismo es transparente
y te prohíbes
detenerte en los límites de tus uñas
asomar labio en tus ojos
descubrir la multiplicación de los espejos
fichas de dominó taladran el suave río que contrae tu cara
cuidado con ser cuadrúpedo ciego
es más difícil levantarse que cambiar de rumbo
una vela puede consumir un nido
salvo los aguijones en tu cabeza
los rasguños internos en tus pieles
contesta con tu voz desde la punta de una lengua
escucha cuando hayas caído en la cascada de manos
imagen dantesca
entre la nada y el abismo
s i l e n c i o
se respira la muerte en el aire pegado a la tinta de papel
la boca de un lobo se llena de tijeras
y vidrios y esquirlas y vestidos.

sábado, 30 de junio de 2012

Habitación de mar



La primera lluvia que nace de pulso y dientes,
la marca que no se ve de tan suave, tu imán de labio, la baba a media luna,
la risa diabética, un millar de joyitas de mar,
y todo lo que ya no importaba al ser vértigo
la caída entre mis piernas de u-ve como mi nombre.
Para no morir evitamos ser peces,
chupamos el antídoto en los limones que obliga la sensatez, ayuda para agriar las angustias
escurren las olas que van y vienen y fueron y se van y vienen y vente y ya vendrás a mí.
Fueron las olas contra las piedras y los pelícanos contra la vida,
luego todo contra lo que yo traía de sequía, de sed y falta de ser
fue la noche, la pierna suelta, los caimanes y las sirenas
fue el aferramiento de brazos, de pestañas que hacen nido en la sombra, luego ojeras.
Primera lluvia hasta donde la vista alcance una habitación que flota en el mar,
hasta donde quiero que vengas y te vengas en pulso y en ombligo para equilibrarme,
para no temer a 32 soles o a 42 grados que me dieron la sal que cicatriza,
hasta que llamas y es fuego el mar,
es calor si preguntamos cualquier cosa.

https://soundcloud.com/violeta-rivera-3/habitaci-n-de-mar



martes, 19 de junio de 2012

Animalia 1


En mi animalia hay un tigre infinito, una bestia que me consume a lengua y un oso grizzly, domesticado en sí mismo. A lo lejos hay un hombre, que de tan objetivo pareciera que la vida se le vuelve una cuestión romántica. Pero a mí, me gustan las almas con garra y aullido, y  será, de mi animalia junesca que sólo volveré oh loba, para enfrentarme a las posibilidades de morir y de perder y de ganar quizás.


Leyes de la naturaleza o el significado de la fe, nada como una noche atigrada, nada como una noche a golpe de bestia, nada como cuidar a un oso en las entrañas de mi vientre y nada, como el letargo de lo más fastidiosamente humano, sin que se enciendan las luces, sin que te hable a ti que sí te quiero, porque estoy ya cansada de esta falta de estrategia y de táctica, y de todo lo que pueda hablarme de faunas sin que me haya vuelto un cazador de grillos.

domingo, 10 de junio de 2012

Habitación de aullido



Puerto de almendros, sábanas sobre maquetas, piernas, movimiento en las llamas más blancas de las paredes de la habitación: 
Tragaluces.      
Hojas de naranjo en el pecho de una mujer lejana, son sus pasos el final de la calle, es la mujer albina transparente pero roja, la rasgadura en el labio, el subterráneo en medio de las nubes, el viento desembocado en la nieve y el mercurio que habita al interior de sauces y nogaleras y cabellos, mujer por primera vez autista por su aullido cósmico de resonancias enclaustradas al movimiento del aceite convertido en frío por la multiplicación de la imagen… 
De la imagen infinitamente, torre babélica empotrada a los relámpagos de animales felinos y potros y pavorreales desplumando estrellas que van de bruces, contra un pueblo casi fantasmal.
Astillas en todas las puertas que golpeo.
Viento de aullido, piedritas que se anudan en los huesos para cargar la vida que está dentro de rebotes caniculares, cascabeleros y de pestañas para ser uno mismo el salto perpendicular, al pasmo que se queda. 

Habitación truncada

Todo se fragmenta y cae, sin darnos cuenta. Todo llega al exilio, sin darnos cuenta. 
Habitación de cristal cortado. 
He dormido demasiado como para seguir despierta. Nostalgia de lo inconcluso. 
La sombra es un tren ligero cargado de nicotina.
Involucrarte es la razón y la respuesta.
Un piano tiene cuerdas para ayudarme a nacer, pero nunca regresaré a mi primera palabra, aún si la pronuncio para quejarme de la verdad, tanto no concuerda con aquello sostenido sobre la permanencia.
Todo se aleja y se suspende.
Vuelvo a discutir sobre la necesidad de ignorar tantas cosas. La mandíbula se me contrae, para evitar levantarme antes de lo previsto; hasta que se haya incinerado el último jardín. 

Habitación de incienso


Habitación de incienso

Viajo en el sonido de una muerte y sus murmullos. El todo está aquí. Aire de cera es el espacio, nos movemos a partir del fuego y la fricción posible.
No esperaba lo evidente: estigmas sobre una mesa, jarras y corazones de cristos traspapelados; la pirotecnia que ha ensordecido el movimiento natural de las cosas.
Tomo un café, me quema la mañana.
Empiezo a respirar a conciencia, los latidos se hacen más hondos.
Un hombre ha metido aguardientes y sapos en su garganta, pianos de cabeza, un hombre que no puede llover.
Algún día sus palabras deletrearon la prematura oblicuidad de mi espalda.
En la roja oscuridad están las llagas de la voz.
Todas las perpendiculares de la materia me chillan los oídos. Un acartonamiento no concluye. El humo se confirma en el pelambre blanco y amarillo de las cosas.
Condenada a permanecer de pie, sigo ausente. Con los rezos mordidos me dispongo contra la razón.
Se derrama el café por toda la sala.
Al interior de las puertas escuchamos los minutos de inmovilidad que vienen con el tiempo. Aquí la materia se une y se fragmenta en la noche de un punto.
Bienvenidos al entierro de noviembre, incienso a la altura de la vista. En fragmentos pánico. Ya será de día cuando estemos dormidos en posición fetal.
Empieza a amanecer y nadie está presente en ese alejamiento opuesto al designio de la vida. Salto para arrancar los pantalones de los techos. Hace horas que llegué a mi casa y que empecé a deletrear las obligaciones de habitarme.
Ustedes han decidido callarse, pero no dejan de hablar a través de esta habitación.

Alguien vendrá en unos días. 


Habitación cerrada


Tuve la muerte por instinto, lo demás es vano.
No hay secuencias, ni blanco o negro en carretera. Me quedo en los límites de las teclas de un piano, por eso duermo hasta que acaba el día.
Confío en que las ramas de los árboles correspondan a la caída de sus hojas.
Lamento a los hombres de plantas y banquetas soleadas, a quienes señalan con dedos cortos y anchos.

Todas las voces que escucho son entierros, hueco en hueco sobre suelo plano: espejo hueco ante el reflejo plano.


La huida no es temor suficiente.


El silencio es un grito cóncavo en todo el espacio, un navío negro para cortar la sangre.

Estoy llena de tiempos que no me corresponden.
Soy plural de vez en cuando,
nadie nos ve.

Estoy frente a ti para escribirme y al hacerlo me abro las comisuras de los dedos.

Si tuviera que morir hoy lo haría en esta habitación cerrada.
¿Dónde quedan las luces si no hay ya despiertos? ¿Dónde las voces no invitadas?
Hay vómito en tu cadera.

Es necesario emprender la huida. Ser otro implica un tiempo fallido. Silencio.

El polen ha hilado las entrañas del viento.

Mi vista se interrumpió en ese hilvane de movimientos que me sudan la frente. Hay lobos que se materializan en todas las habitaciones cerradas donde muero.


Escucho el murmullo de las cortinas, el filo contra filo de las persianas. Rasgo una orquídea, me burlo de los cristos de cabeza que alguien quiere descubrir.

Enfrento un duelo.

Puedo vivir mi historia en pocos minutos, situarme en todos los espacios de una plaza.

Con la luz se han cegado los movimientos de unos y otros.
Lo absoluto no necesita contarse, demasiado tiempo y todo faltaría.
Sueño con el rostro de los días, alguien acaba fijándose en mi mente, quizás yo misma en la elipsis del pensamiento.

Te identifico entre un aleph de claroscuros (tus deseos han alargado los gestos de tu cara).

Si extendemos la voz de los cuerpos, interrumpen quienes no sangran, destruyen, los oídos.

Soy un concierto de piano a media calle.


Los cocodrilos buscan a las presas menos probables, por eso me han creído lejana en mi versión desdeñable de la gratuidad.


Si me declaro en huelga empiezo a enrojecer. ¿Qué mayor prueba de la fauna humana?

Acepté el trueque de perlas por piedras calizas para tallarme los codos.

Estaba equivocada. No debo morir en esta habitación.

Amasijo solemne y ovejas hexagonales.
Regreso.
Divago fácilmente.

Me molestan las preguntas personales.