miércoles, 27 de febrero de 2013

Sunrise for you

El fuego suple la noche; 
mas nunca el mar.

Me quiebro de rodillas
animal venado
mujer de caza con zeta, 
colibríes entre balcones
manos al cuello y a la cadera
flor de azalea en el ir y venir de un olvido que arde
lengua y garganta muy apretada.
Retomo lo que nunca tuve: 
el lujo en mi cuenta sin números
en mi cuenta de historias
en mi cuenta de collares chinos y aretes tiffany
la espalda recorrida; 
my early love
sunrise for you, to die today.

Animalia 9


Pezuña de cerdo, mono macaco que pasa por araña, cola de rata, sinónimo del sombrero más patético, más hipster, más dandy. Intentó su conquista con mis propios verbos. Yo no pretendí el amor, sólo intenté un minuto de silencio, no se callaba, no quiero ser sino su ausencia, la misma que habita en los hombros de la bestia que aún me da patadas; la muy necia intenta nacer de mí, porque en una venganza le unté la posibilidad.

Y es la selva todavía, vendrá el león pues juntos somos los reyes, dioses de una metáfora, espacio pretendido, llegará con todo lo que quiero escuchar en esta noche y luego se irá de mi estación de paso; la palabra adiós se ha vuelto penitencia, me hacen creerlo. Ya, te lo voy a decir de una vez y no servirá de nada: me rasguñaron la mano izquierda pero aún me queda la derecha para domarte si quisieras, si es la risa, si me pides con tu rugido grizzly que me quede contigo. Teléfono descompuesto porque no suena, y de qué me valdría ser sólo aquello que se escucha muy lejos.



lunes, 18 de febrero de 2013

Anti-animalia



Alguien descubre mi puerta de Alicia, pero estoy apagada. Ya no espero animales, seamos civilizados: cazador o caníbal seré tu próxima presa.

lunes, 11 de febrero de 2013

Animalia 8


Voy a disecar a mis animales, a esa jauría ingrata, así podré exhibirlos, si piensan que son tesoros ahí están pues sobre las paredes de mi sala sin muebles, no son más que preámbulos para nada, fuente y cansancio al que le doy demasiada importancia, sólo he querido saber si hay otro mundo donde la naturaleza sucede, donde los sabores y aromas son un platillo de pájaros o peces, según la dieta a seguir.
Confieso, en el tabú del cuento de la bella y el perro es que me enamoro de la deformidad, y llegan a mi oído los cardúmenes de juicios; dicen que hay demasiados ojos para una cara, no se preocupen, nos unen nuestros defectos, pero descubren, es ahí donde radica la inmortalidad.
Habremos de aborrecernos por sus piernas anchas y mi estructura de cazadora, porque aún quiero matar esta animalia, con un escarpelo recortar formitas de corazones de entre los vientres de oso, león, macaco, bestia, perro y camaleón pisoteado, y quedar exhausta, dormir doce horas en este cuerpo en curvas enjaulado en pestañas, abandonarme al sueño recurrente de la imposibilidad del tigre.
Así es más fácil negarme, huir como siempre o esconderme tras la puerta de mis miedos.