domingo, 26 de octubre de 2014

Delicatessen


Su sueño es instalar a las personas que ama en estrellas separadas.
- Elías Canetti.

Deseaba celebrar la vida y citó a todas las personas que ama en el mismo salón del Titanic. Era de noche y entre la música y el sonido de los cubiertos, un comentario frío y seco como gancho al hígado enrojeció a la gente, acentuando los amarillos vestidos de crinolinas que pican y dan comezón hasta la nuca, secretos guardados en el corsé, así el iceberg que nos tronó en dos la cabeza de ángel y demonio, de educación para mantenernos de pie, con esos pies de dedos apretados que reprimen las ganas de lanzarnos al mar, ante la desesperación de un ebrio que toma sus propios orines alcoholizados, visitante de la zona de tercera clase, se alimenta sin manteles, a pesar de sus dientes perfectos.
Pocos sobrevivimos ante la catástrofe, amarnos de lejitos eleva el mito de la perfección y nos funde en estrellas que nos guían para no ser iguales a aquellos que admiramos con odio. 
Fue un placer esta velada, dice el capitán y el músico, esperamos no volverlos a recibir en nuestro naufragio, hasta siempre y con amor, húndanse  o eleven su espíritu, gracias por su visita con un corto-corto-largo saludo, un apretón de manos, sobadita de espalda y un "hasta pronto". A veces, para amarnos, es mejor dormir en camas separadas.


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