sábado, 14 de diciembre de 2013

Un ´After´ en el Río Bravo


Después de un encuentro de poetas en Ciudad Juárez, a mitad de una fiesta, comenzó el pleito por una pluma:
- ¿Pues qué tiene?
- Tiene un color blanco y es mágico.
Se empezaron a calentar los ánimos, mientras el apodado “Bagre” (labios de bagre), exigía que dijéramos poemas de memoria y otros se atascaban la nariz con el poco polvo que quedaba, de ahí que siguieran buscando la pluma que los llevaran a sentirse los seres más poderosos del universo.
La oscuridad -más densa por el ambiente que por la noche- y los inciensos que resultaron ser hachís, hacían que los gritos me quedaran de ruido de fondo, de viento y aves.
La pluma, ¿qué tiene esa pluma?, me preguntó una amiga poeta de Jalisco y sólo alcancé a decirle súbete al carro y vámonos, porque si no encuentran la pluma no sé qué va a pasar.
Nos fuimos, la calle tan sólo iluminada por los faros del auto me daba la sensación de un viaje onírico y placentero; empezamos a elevarnos hacia una luz roja, como de bar a media carretera y entre más nos alejábamos de los poetas cocainómanos, más nos acercábamos a esa luz roja, de aura cristiana, ¡vamos hacia Dios! -Exclamé, prolongando mi voz hasta que el semáforo cambió a verde y la cortó de tajo. 

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